En la mayoría de los pacientes, la enfermedad viene precedida por un evento infeccioso que dispara la respuesta inmunológica y desencadena el inicio agudo de los síntomas neurológicos, manifestándose en la debilidad de las extremidades y arreflexia.
Esta relación directa con una infección previa hace suponer que el impulsor de la autoinmunidad desarrollada en la enfermedad se debe al mimetismo molecular entre los antígenos del agente infeccioso y el nervio periférico provocando una inflamación postinfecciosa que potencia el daño en los nervios o bloquea la conducción nerviosa.
El síndrome de Guillain-Barré suele empezar con un hormigueo y debilidad que comienza en los pies y las piernas, y luego se difunde a la parte superior del cuerpo y los brazos. En aproximadamente 10 % de las personas con el trastorno, los síntomas comienzan en los brazos o en la cara. A medida que el síndrome de Guillain-Barré avanza, la debilidad muscular puede evolucionar a una parálisis.
Los signos y los síntomas del síndrome de Guillain-Barré pueden incluir:
- Sensaciones de hormigueo en los dedos de las manos, los pies, los tobillos o las muñecas
- Debilidad en las piernas que se extiende a la parte superior del cuerpo
- Marcha inestable o incapacidad para caminar o subir escaleras
- Dificultad con los movimientos faciales, incluido hablar, masticar o tragar
- Visión doble o incapacidad para mover los ojos
- Dolor fuerte, que puede ser un dolor sordo, lancinante o como un calambre, y que puede empeorar en la noche
- Dificultad para controlar la vejiga o la función intestinal
- Frecuencia cardíaca acelerada
- Presión arterial alta o baja
- Dificultad para respirar
El SGB está considerada una enfermedad rara con una incidencia que varía de 0,9 a 1,9 casos por cada 100.000 habitantes por año, principalmente en hombres adultos.
La empresa que investiga en el ámbito de esta enfermedad es AptaTargets.