¿Qué son?
Los oligonucleótidos, u ‘oligos’ -como suelen conocerse entre los científicos-, son pequeñas cadenas de DNA o ARN que pueden encontrarse en las células de los seres vivos de forma natural y que pueden ser sintetizadas, modificadas o producidas mediante varios métodos químicos y biológicos. Los oligonucleótidos son extraordinariamente importantes en la investigación, dado que son el punto de inicio para un gran número de procesos bioquímicos y forman parte de muchas aplicaciones biotecnológicas y farmacéuticas, desde los diagnósticos más específicos como el diagnóstico molecular, es el caso del diagnóstico por PCR, hasta las terapias más avanzadas actualmente en desarrollo, pasando por fármacos comerciales.
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Moléculas excepcionales
Cada oligonucleótido mantiene una estructura química análoga a la del DNA y el RNA y, al igual que estas moléculas, son capaces de adoptar estructuras tridimensionales concretas, o interactuar con la maquinaria celular para producir un efecto fisiológico.
Esto les dota de unas propiedades destacadas como moléculas activas para el desarrollo de nuevos fármacos. Los científicos pueden adaptar y diseñar oligonucleótidos de forma racional y fácilmente para que adopten estas formas o interaccionen con la maquinaria celular para conseguir un efecto terapéutico deseado.
De esta forma, y empleando distintas tecnologías, se pueden sintetizar fármacos basados en oligonucleótidos que interaccionen con la maquinaria celular, controlando y modulando mecanismos celulares que no están funcionando correctamente.