Típicamente, implica una pérdida extrema de peso y masa muscular, lo que dificulta las actividades rutinarias y aumenta el riesgo de complicaciones, tales como infecciones mortales.
Este síndrome no solo tiene un impacto dramático en la calidad de vida del paciente, sino que también se asocia con respuestas deficientes al tratamiento y con una reducción de la supervivencia, ya que disminuye significativamente la capacidad de los pacientes para luchar contra las infecciones y resistir la quimioterapia y la radioterapia.
En la mayoría de los pacientes, la enfermedad viene precedida por un evento infeccioso que dispara la respuesta inmunológica y desencadena el inicio agudo de los síntomas neurológicos manifestándose en la debilidad de las extremidades y arreflexia.
Esta relación directa con una infección previa hace suponer que el impulsor de la autoinmunidad desarrollada en la enfermedad se debe al mimetismo molecular entre los antígenos del agente infeccioso y el nervio periférico provocando una inflamación postinfecciosa que potencia el daño en los nervios o bloquea la conducción nerviosa.
Se estima que afecta a unos nueve millones de personas en todo el mundo, incluyendo al 80% de las personas con cáncer avanzado.
La empresa que investiga en el ámbito de esta enfermedad es Arthex.